Se
denomina aprendizaje al proceso de adquisición de conocimientos, habilidades,
valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la
experiencia. Dicho proceso puede ser entendido a partir de diversas posturas,
lo que implica que existen diferentes teorías vinculadas al hecho de aprender.
La psicología conductista, por ejemplo, describe el aprendizaje de acuerdo a
los cambios que pueden observarse en la conducta de un sujeto.
El
proceso fundamental en el aprendizaje es la imitación (la repetición de un
proceso observado, que implica tiempo, espacio, habilidades y otros recursos).
El
aprendizaje humano se define como el cambio relativamente invariable de la
conducta de una persona a partir del resultado de la experiencia. Este cambio
es conseguido tras el establecimiento de una asociación entre un estímulo y su
correspondiente respuesta. La capacidad no es exclusiva de la especie humana,
aunque en el ser humano el aprendizaje se constituyó como un factor que supera
a la habilidad común de las ramas de la evolución más similares. Gracias al
desarrollo del aprendizaje, los humanos han logrado alcanzar una cierta
independencia de su entorno ecológico y hasta pueden cambiarlo de acuerdo a sus
necesidades.
La
pedagogía establece distintos tipos de aprendizaje. Puede mencionarse el
aprendizaje por descubrimiento (los contenidos no se reciben de manera pasiva,
sino que son reordenados para adecuarlos al esquema de cognición), el
aprendizaje receptivo (el individuo comprende el contenido y lo reproduce, pero
no logra descubrir algo nuevo), el aprendizaje significativo (cuando el sujeto
vincula sus conocimientos anteriores con los nuevos y los dota de coherencia de
acuerdo a su estructura cognitiva) y el aprendizaje repetitivo (producido
cuando se memorizan los datos sin entenderlos ni vincularlos con conocimientos
precedentes).